Ciudades limpias, seguras y accesibles en la era pos-COVID-19 es un deseo que se debate entre el “espejismo” y la realidad. Con el confinamiento mundial, como medida de emergencia, la atmósfera ha estado temporalmente menos contaminada, pero no debe ser motivo para celebrar en el Día Mundial del Ambiente.
Adrián Fernández, responsable de la campaña Movilidad, de Greenpeace, considera que para respirar aire limpio no se necesita el confinamiento masivo. Basta cambiar el comportamiento de los humanos en su entorno natural y los demás seres vivos del planeta. Es el motivo del Día Mundial del Medio Ambiente que se celebra cada 5 de junio.
Fernández agregó que la atmósfera pos-COVID-19, aunque con menos gases tóxicos, es “un espejismo”.
La Organización Meteorológica Mundial, citado por la Organización de las Naciones Unidas, afirmó recientemente que la reducción de las emisiones por la crisis económica, debido a la COVID-19, no sustituye las medidas contra el cambio climático. “Es demasiado pronto para evaluar las implicaciones para las concentraciones de gases de efecto invernadero, responsables del cambio climático a largo plazo. Los niveles de dióxido de carbono en las estaciones de observación han sido, hasta ahora, más altos que el año pasado”, declaró Petteri Taalas, director de la OMM.
Lo normal es que las emisiones tiendan a aumentar rápidamente después de que disminuyen por las crisis económicas o de otro tipo.
Ciudades más ecológicas
Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica, dijo que en España la emisión de gases de efecto invernadero cayó 32% con respecto al promedio de 2019, y 17% en el mundo. Recientemente la ministra celebró que la emisión de CO2 bajó en la Unión Europea a los niveles de 1958: “Hay que reflexionar sobre la necesidad de una probable recuperación de una buena parte del consumo, que ha caído fundamentalmente por la reducción drástica de la movilidad y que ha generado una reducción de la emisión de gases de efecto invernadero en el conjunto de Europa, equivalente a la de 1958”.
Movilidad y mejores ciudades
La meta de Movilidad, la campaña de Greenpeace, es avanzar hacia un modelo de movilidad urbana que priorice la proximidad y los modos sostenibles.
Su propósito:
Que el peatón sea el protagonista.
Circular en bicicleta sin riesgo.
Que el transporte público sea la opción preferente frente al vehículo propio.
“Para promover este sistema es necesario que el Estado y las empresas insista en los transportes limpios y reduzcan la dependencia del coche. Desde la ciudadanía podemos contribuir si usamos menos medios contaminantes y elegimos servicios (compras, ocio, colegio…) de nuestro barrio o próximos a nuestro entorno”, explican.
Datos de Greenpeace:
38.600 personas mueren cada año —de forma prematura en España— por la contaminación atmosférica.
Más del 30% de las emisiones del CO2 en la Unión Europea proceden del sector del transporte.
El 80% del espacio público en las ciudades se usa para el coche.
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