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Aculco, Pueblo Mágico de prismas basálticos y herencia prehispánica


Hermosas cascadas y bellezas naturales resguardan un Pueblo Mágico que conserva resquicios de las culturas Otomí y Mexica, las cuales en algún momento ocuparon su territorio. Aculco se conforma así como una atractiva propuesta turística localizada en el Estado de México.


Las calles empedradas de este apacible destino pueden recorrerse sin prisas para descubrir los recuerdos que guarda del Virreinato y de otros tiempos remotos, pues en su momento formó parte del Camino Real de Tierra Adentro. Esta fue una antigua ruta utilizada durante los siglos XVI al XIX para transportar la plata que se extraía de las minas.


Su singular importancia llevó a que la Unesco lo reconociera como Patrimonio de la Humanidad, y desde 2015 obtuvo el distintivo de Pueblo Mágico.


¿Qué hacer en Aculco?


Su exploración debe comenzar desde la Parroquia y Convento de San Jerónimo, en cuyo interior aún se conserva la pintura de Nuestra Señora del Monte Carmelo, así como una versión de la Última Cena, cuidadosamente realizada por el gran pintor novohispano Miguel Cabrera.


Para los amantes de la historia y la arquitectura colonial, la travesía puede continuar por la Antigua Hacienda la Cofradía, la cual, a pesar de ser una propiedad privada, está abierta a los visitantes. De esta forma se puede apreciar una joya arquitectónica del siglo XVIII conformada por impresionantes columnas de cantera, hermosos jardines y una capilla. Así como visitar la hacienda de Arroyo Zarco.


Pero Aculco también tiene una formidable propuesta de viaje para quienes prefieren la aventura y el contacto con la naturaleza. En medio de un árido valle, el destino sorprende a los turistas ávidos de descubrir nuevos lugares: como un cañón esculpido por columnas basálticas y una impresionante caída de agua a 25 metros de altura, la cual forma parte de la Cascada la Concepción.


Antes de su precipitación, este hermoso afluente recorre una calzada de roca basáltica en donde los visitantes más arriesgados encontrarán el escenario ideal para practicar rapel o simplemente hacer tranquilas caminatas o ciclismo de montaña y descubrir con su propia mirada este Pueblo Mágico.


Como parte del Cañón de Aculco, en donde confluye la presa Ñadó, también existe una cascada más pequeña conocida como Tixhiñú.


La exploración de este encantador sitio siempre culminará con una formidable propuesta gastronómica conformada por platillos típicos de la región.


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