El ahuautle no es el huevo de mosco sino de la chinche de agua llamada axayácatl. Es considerado como el caviar mexicano y pese a ser consumido desde la época prehispánica, su existencia se ve amenazada por la falta de lagos, recolectores y sobre todo, de quienes aprecien su exquisito sabor.
El ahuautle
Se piensa que el ahuautle es de huevos de mosco, sin embargo, se trata del huevo del axayácatl, un tipo de chinche de agua. Su nombre proviene de los vocablos en náhuatl “atl” (agua) y “huautli” (semilla de la alegría o amaranto), por lo cual, significa “amaranto de agua”. Basta con ver estos huevecillos para entender que el parecido con los granos de amaranto es inmenso. Aunque sin duda, el parecido con el amaranto solo es superficial pues el ahuautle posee un olor penetrante y un sabor único, que difícilmente se puede olvidar.
Muchas personas han comparado su sabor con el del camarón, sin embargo después de haberlos probado podemos decir que el sabor de estos huevecillos es fuerte e incomparable y solo podrá entenderlo quien lo haya degustado.
Según Gilberto Contreras Rivero, profesor del área de Ecología en la Facultad de Estudios Profesionales Iztacala, el ahuautle es el caviar mexicano por excelencia. Cabe señalar que hay quienes le otorgan este título a los escamoles, que pertenecen, junto con los huevos de mosco, a la orden de insectos Hymenoptera.
El consumo del ahuautle comenzó durante la época prehispánica. Se dice que era presentado en la mesa de los emperadores -Moctezuma, por ejemplo-, quienes se deleitaban comiéndolos recién sacados del lago a la hora del desayuno. Y es que tanta era la preferencia por este platillo que incluso cada 52 años -duración del siglo mexica-, este caviar se utilizaba en las ceremonias dedicadas al dios del fuego: Xiuhtecuhtli. Durante estos rituales, después de que seres humanos eran sacrificados, se encendía fuego sobre su pecho vacío -pues previamente se había extraído el corazón- y se rociaban huevecillos de axayácatl sobre el cadáver que iba vestido como Xiuhtecuhtli.
Dato curioso: El culto al axayácatl fue de tal magnitud que así se le nombró al sucesor del emperador Moctezuma I y padre de Moctezuma II.
El ahuautle y el axayácatl, alimentos muy nutritivos que se pierden
Tanto el ahuautle como el axayácatl tienen un alto contenido proteínico y no tienen grasa. Además, su reproducción y recolección son realmente fáciles y accesibles. Sin embargo, como señaló el restaurantero Gustavo Ayluardo, los jóvenes no están acostumbrados a consumirlos y por lo tanto hay un rechazo a la idea de comerlos.
Por otra parte, Don Manuel Flores, comerciante de ahuautle, dijo que otros problemas a enfrentar son; la escasez de quienes comercian este producto, pues de su familia, él es el único que, a sus 78 años, continua vendiéndolos por las calles de Tláhuac, Iztapalapa y Xochimilco y que los lagos donde se da esta chinche se están secando -el lago Texcoco, principalmente-, lo que ocasiona que estos insectos desaparezcan y con ellos una gran tradición mexicana.
Es importante que rescatemos este manjar, no solo por su sabor y valor histórico sino por los nutrientes que posee. Actualmente, el consumo del ahuautle se limita principalmente a las personas mayores, quienes fueron introducidos a la degustación de estos insectos por sus padres y abuelos pero que con el tiempo, si no hacemos algo, terminará por desaparecer para siempre.
Cómo preparar el ahuautle
Para recolectar este alimento, primero, poco antes de que empiece la temporada de lluvias, se colocan ramas, que pueden ser de pino, dentro del lago Texcoco. Se dejan ahí entre diez y quince días para que el Axayácatl deje ahí sus huevos. Después se sacan las ramas del agua y con una manta desprenden los huevecillos y los colocan en otra. El ahuautle se deja secar por varios días y una vez que esté completamente deshidratado, puede comercializarse y consumirse.
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