Amante de la naturaleza y buzo desde hace 20 años, Jorge de la Madrid nos comparte una reflexión sobre el planeta y la oportunidad de esta pandemia.
Estos tiempo de pandemia invitan a que unamos esfuerzos desde nuestras trincheras y eliminemos las fronteras con la intención de salvar al planeta. De esto versa esta reflexión de Jorge de la Madrid.
En esta ocasión quiero compartirles un sentir muy personal a más de un año que el primer caso de la terrible enfermad del COVID -19 se detectara en China. Vivimos tiempos difíciles, millones de personas han enfermado, casi 2 millones han muerto y millones han perdido a un ser querido.
Sin duda, el virus SARS-CoV-2 ha puesto a prueba a la humanidad en infinidad de cosas, en materia de salud, de prevención, económica, de empatía, de resistencia, pero sobre todo de cooperación. Las crisis generan oportunidades y sin duda estamos ante muchas de ellas, pero en mi opinión es imperativo aprender la lección en materia de cuidado de la naturaleza.
Mucho que mejorar
Soy un convencido de que, sin importar el origen del virus, el COVID-19 es un llamado de la Tierra, un primer grito desesperado por ayuda, por hacernos entender que como raza humana estamos haciendo mal las cosas.
En los últimos años, el incremento poblacional, industrial, la falta de medidas y legislación, pero sobre todo la apatía y el desinterés han incrementado sustancialmente los índices de contaminación del aire, del agua y de la tierra afectando a millones de especies y miles de ecosistemas.
La contaminación térmica que ante un aumento de la temperatura del agua de los océanos ha tenido consecuencias negativas sobre los seres vivos que habitan ese medio, de igual forma la contaminación acústica afecta de diversas formas a especies en su comportamiento y patrones de migración.
Más aún, continuamos en muchos lados con circos y acuarios en donde los animales hacen actos antinaturales, animales sometidos a violencia física y psicológica y millones de animales en cautiverio, de verdad si se dan a la tarea de ver animales en libertad verán sin duda alguna una mirada totalmente diferente. Los invito a hacerlo y les prometo que nunca más apreciarán a un pobre animal privado de lo que más anhelamos y merecemos todos: LIBERTAD.
Si vamos más allá, la avaricia, la ignorancia y la prepotencia provocan millones de muertes de animales anualmente por diversos motivos, entre ellas y de las más representativas se encuentran las siguientes:
El asesinato cruel y despiadado de crías de focas en Canadá, que literalmente las matan a palos por sus pieles.
Cientos de especies cazadas para tenerlas como trofeos en un salón, leones, tigres, osos, bisontes, lobos, entre muchos otros, son perseguidos y asesinados.
Miles de elefantes muertos de manera furtiva por el codiciando marfil.
Cientos de rinocerontes muertos por la creencia de que el polvo de su cuerno tiene atributos medicinales.
Más de 80 millones de tiburones son sacrificados para simplemente cortar sus aletas y hacer sopa, cuya matanza incluye regresarlos vivos al mar para que mueran lentamente.
Así es, estos son algunos ejemplos de lo que nos hemos convertido. Creamos en lo que creamos, Dios, Universo o Energía, tenemos que entender que la Tierra es de todos, cada ser vivo tiene su lugar y millones de ellos están aquí antes que la raza humana.
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