La crisis ambiental por la que el mundo entero atraviesa ha provocado que hasta las actividades económicas más esenciales como la agricultura se reinventen, persiguiendo el objetivo de ser más sostenibles y contribuir a la recuperación del equilibrio ambiental en el menor tiempo posible.
Acciones que parecerían ser inocuas para el medio ambiente como la agricultura llevan consigo una gran responsabilidad para su cuidado y que recae en el futuro de la vida humana.
Más allá de las cosechas de calidad, una de las principales preocupaciones que deben ser resueltas es la de ofrecer protección a insectos polinizadores como las abejas, animales que desempeñan un papel sumamente importante en la producción de alimentos, pero que hoy en día está catalogada como una especie en peligro de extinción.
De acuerdo con Greenpeace, la polinización de las flores, un proceso natural que permite que se fecunden las flores para generar frutos y semillas, es vital para la alimentación humana y para preservar la biodiversidad de la flora en el mundo. No obstante, resulta alarmante la noticia de que las abejas, principales insectos polinizadores, están desapareciendo. Existen otros más, como los abejorros y las mariposas que también desempeñan esta increíble labor, pero sus población también se han visto vulnerada por distintos factores, tales como la pérdida de hábitats, prácticas de la agricultura industrializada como los monocultivos, lo que causa una menor diversidad de alimento para estos insectos, el uso de plaguicidas, parásitos, enfermedades; especies vegetales y animales invasoras; e impactos del cambio climático.
Sin las abejas, según cálculos de Albert Einstein, la humanidad duraría cuatro días. Actualmente, las abejas son consideradas por Earthwatch como el ser vivo más importante del planeta, debido a que 70 por ciento de la agricultura mundial depende directamente del trabajo de polinización de estos animales.
Además, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), aproximadamente dos terceras partes de las plantas cultivadas que se utilizan para la alimentación de seres humanos dependen de la labor de estos insectos.
Sin embargo, Earhwatch detalla que en los últimos años ha desaparecido 90 por ciento de su población mundial.
La extinción de las abejas condenaría a a más de 250 mil especies de plantas en todo el mundo, señalan los cálculos de la FAO.
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