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La chirinola mexicana: un cactus que camina



El nombre científico de la chirinola es Stenocereus eruca. Se trata de una especie endémica del estado de Baja California Sur, en México. La chirinola es el único cactus de toda la diversidad de especies que habitan en las zonas áridas de México, que no crece erecto. Sus tallos se desarrollan a ras del suelo y con frecuencia forman extensas masas. Los hijuelos del cactus crecen como ramas que se separan después formando nuevas plantas.


Características de la chirinola


Su tallo es de color gris con algunas tonalidades verdes, es muy espinoso y llega a medir de 1 a 4 metros de largo, mientras que su diámetro va de 4 a 8 centímetros. La planta completa llega a alcanzar una longitud de 10 a 15 metros.


Su floración es nocturna y consiste en un largo tallo en forma tubular, cada hermosa flor sólo tiene una noche de vida. El color de las flores es rosa brillante o blanco y llegan a medir cerca de 10 a 12 cm de largo. Sus frutos son esféricos de tamaño pequeño y con espinas color rojo.


Una especie en constante migración


El desarrollo de la chirinola es muy peculiar, pues al crecer de forma rastrera y al aumentar su longitud la parte más vieja muere lentamente, dando paso al nuevo crecimiento. Esta especie tiene que morir para seguir viviendo ya que la parte más vieja se seca y sirve como composta para que el nuevo crecimiento de la planta pueda continuar su camino. Es por ello que también se le conoce como “cactus oruga”. Su interesante forma de propagación y reproducción hace que la chirinola cambié de un lugar a otro con el paso del tiempo.


La chirinola es una planta endémica de la península de Baja California. Se trata de una especie con estatus migratorio. Sin embargo, su distribución se localiza en Bahía de la Magdalena en Baja California Sur, una barrera arenosa de 50 kilómetros de largo con gran riqueza en recursos naturales. Esta bahía es reconocida por ser el lugar en donde año con año se aparea la ballena gris.


Chirinola en peligro de extinción


Muchas son las amenazas para la chirinola pues se ha convertido en un tesoro para los coleccionistas de plantas. Un ejemplar de esta planta se llega a cotizar entre los 4.000 y 5.000 dólares en el mercado negro. Su principal destino es el mercado extranjero en Europa.


El tráfico no es el único peligro al que se enfrenta esta especie ya que los rancheros de la localidad han depredado grandes territorios pues la gruesas espinas de la planta dañan al ganado. Los agricultores al preparar la tierra para el cultivo también han contribuido a la devastación del hábitat de la chirinola.


La especie Stenocereus eruca se encuentra protegida por la NOM-059 SEMARNAT-2010, bajo la categoría de Amenazada. También ocupa un lugar en la Lista Roja de Especies en peligro de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).


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