La gestión de estos residuos debe hacerse de forma adecuada, pues un error en su gestión podría ocasionar graves problemas en el medio ambiente y el funcionamiento de los ecosistemas, ya que algunos de ellos son muy peligrosos.
Los residuos industriales, como su nombre indica, son aquellos que provienen de los procesos de fabricación, transformación, uso, limpieza, mantenimiento o consumo que son generados por las industrias. Estos desechos industriales no tienen ningún valor, ya que en general no es posible su aprovechamiento, como consecuencia del alto coste de las tecnologías o simplemente porque no existen tecnologías bien desarrolladas para poder aprovecharlos.
Ejemplos de residuos industriales:
Aceites industriales usados
Trapos contaminados
Disolventes
Pinturas
Pilas
Plásticos contaminados
Dentro del grupo de los desechos industriales, estos se pueden clasificar en tres grandes bloques:
Residuos inertes:
Son aquellos residuos industriales no peligrosos que antes de su disposición final no necesitan ser tratados y por lo general no son una amenaza para el medio ambiente ni la salud de las personas. Cuando se recogen, en ocasiones, se pueden aprovechar y se usan para rellenar terrenos. Estos sería los escombros, restos de hormigón, tejas, ladrillos o productos de excavación.
Residuos urbanos o asimilables a urbanos:
Dentro de estos están aquellos generados por las diferentes actividades que tienen las poblaciones, en sus áreas de oficinas, sectores industriales y servicios. Dentro de ellos están la materia orgánica degradable y otros como el cartón, los plásticos, el papel, entre otros.
Residuos especiales o peligrosos:
Son los que suponen una amenaza para la salud de los seres humanos y el medio ambiente, es por eso que necesitan un tratamiento más específico, aunque en ocasiones no se dispone de la tecnología para tratarlos y deben dejarse almacenados en recipientes y bien cerrados.
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